Abeja negra
El sector apícola de Canarias tradicionalmente ha manejado en sus colmenas la abeja que existía de manera salvaje en el medio natural, conocida como Abeja Negra, por su característico aspecto oscuro que contrasta con abejas de otras latitudes. Es una abeja rústica, bien adaptada al peculiar clima de las Islas Canarias.
En los últimos 20 años, debido al contacto de la apicultura isleña con la de otras latitudes, así como por la instalación en el pasado en Canarias de iniciativas empresariales relacionadas con la cría de abejas, se ha producido la llegada de abejas seleccionadas pertenecientes a otras razas, con finalidades de tipo productivo.
Las razas que se han introducido han sido mayoritariamente italianas, caucásicas e híbridos como Buckfast, y debido a la forma natural de reproducción de las abejas ha tenido su reflejo directo en la hibridación (mezcla genética) de las abejas negras locales. La hibridación debido al constante aporte, aún en la actualidad, de estas razas de abejas seleccionadas es un proceso casi irreversible en muchas zonas y la Abeja Negra canaria original tenderá a desaparecer si no se adoptan medidas que lo eviten.
El análisis de las características de la Abeja Negra de Canarias se ha propiciado gracias a la demanda del sector apícola de Canarias a ser objeto de estudios por distintos organismos de investigación como la Universidad de Córdoba, la Universidad de Murcia o la Universidad del País Vasco, así como a una serie de publicaciones científicas de carácter nacional e internacional.
Todos los estudios han ido confirmando la especificidad de la abeja negra canaria, y por ello, el Gobierno de Canarias a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, llevó a cabo un proyecto de recuperación y selección de la abeja negra canaria en la Isla de La Palma, territorio en el que la hibridación por especies foráneas había sido menor, por lo que la raza se encuentraba en mayor estado de pureza.
Tras diversas teorías sobre las especificidades de la Abeja Negra Canaria, en la actualidad los expertos concluyen que esta, merced a marcadores genéticos (haplotipos) exclusivos encontrados en abejas de La Palma, así como de Tenerife, La Gomera, El Hierro y Gran Canaria, es un ecotipo de abeja específica de las Islas Canarias, que pertenece al tronco A (africano) de las abejas melíferas, y por tanto está próxima a las poblaciones de abejas existentes en el sur de la Península Ibérica y en las zonas del continente africano cercanas a Canarias; como la mayoría de los seres vivos de las Islas Canarias son consecuencia del efecto del aislamiento durante siglos en su proceso de evolución y adaptación al medio, constituyendo de este modo a ser parte integrante de la biodiversidad específica de Canarias.