El papel de las abejas en la agricultura actual
La agricultura es la primera y la auténtica beneficiaria de los servicios prestados por las abejas. Su contribución en términos económicos es realmente significativa, hasta tal punto que la renta directa de la apicultura (miel, cera, polen y otros productos) pasa a un segundo término.
Se ha intentado hacer una estimación al respecto en muchos países, y así por ejemplo:
En Estados Unidos se refleja una proporción de 100 a 1000 veces superior entre beneficios para la agricultura y renta directa de los productos de la colmena.
En Italia asimismo se puede considerar que la importancia de las abejas como polinizadoras es 60 veces superior a los beneficios que producen los productos de la colmena (Giordani 1978).
En Francia, según el Bulletín Technique, en 1982, se cifró la incidencia económica de la apicultura sobre los distintos cultivos agrícolas en los que actúa, en 323 millones de euros de beneficio. Se estima así que las abejas intervienen aproximadamente entre un 8 - 100%, dependiendo de la especie de que se trate, en el rendimiento de las plantas cultivadas mediante la polinización entomófila.es (almendro, melocotonero, cerezo, ciruelo, manzano, peral) las leguminosas forrajeras (alfalfa, trébol), las cucurbitáceas (melones, pepinos, calabazas, calabacines, berenjenas), las plantas para la extracción de aceite (girasol, colza), las fibras textiles (lino, algodón), todos los cultivos hortícolas, (fresas, frambuesa, espárragos, zarzamora, tomate), las plantas de flor y una recién llegada, la vid, forman una lista parcial de vegetales que dependen necesariamente o al menos se ven favorecidos por la acción polinizadora de las abejas, hasta el punto de que sería mucho más sencillo citar los vegetales que no la necesitan.
Resulta ya indiscutible que las abejas, y con ellas el sector apícola, participan en gran medida considerable en la producción agrícola.
En Canarias no se dispone de datos, pero muchas de las experiencias citadas anteriormente pueden ser extrapolables a los tipos de cultivos presentes en las Islas como son el tomate, la platanera, la vid, la fresa, los frutales, incluyendo aquí al nisperero, el aguacate y, sobre todo, los cultivos de invernadero (pepino, calabacín, melón, sandía, etc.) en los que ya se están llevando a cabo experiencias de este tipo con resultados similares a los obtenidos en la Península, de manera que el sector apícola y agrícola se benefician mutuamente; por un lado por el alquiler de sus colmenas, pues no obtiene ni miel ni polen y por otro lado aumenta su cosecha y la calidad de sus productos.