El polen
El polen es el elemento esencial que las abejas recolectan de la flor y almacena en sus panales para alimentar a las larvas. Anualmente, una colmena puede llegar a recoger hasta 40 ó 50 kilos de polen, por lo que, durante las últimas décadas, y a medida que el interés de este producto va creciendo entre los consumidores de productos naturales. En la apicultura se han desarrollado diferentes instrumentos que ayudan a recoger, preparar y almacenar este polen para el consumo humano.
Las trampas de polen, son unos cajones colocados justo a la entrada de las colmenas. Están provistos de unas rejillas que deben atravesar las abejas para entrar, y que retienen las bolitas de polen que cargan éstas en su último par de patas.
Los granos de polen poseen diversas tonalidades en función de su origen floral; son sustancias de elevado interés biológico y de gran riqueza nutritiva.
La proporción en que se hallan los diversos nutrientes en cada grano de polen varía ligeramente según la flora de la que procede.
Principalmente, podría desglosarse su composición en:
-proteínas (de las cuales más del 15 % son aminoácidos como cistina, histidina, fenilalamina, treonina, leucina y ácido glutámico, entre muchas otras),
- hidratos de carbono,
- minerales (como el potasio, silicio, calcio, fósforo y magnesio, además de otros en menor cantidad),
-vitaminas (todas las del grupo B, vitamina C, D, E4, y carotenos),
-sustancias hormonales,
- lípidos, todo ello hace que el polen suministre al organismo un aporte importante de principios activos y nutrientes beneficiosos tanto para las abejas como para el ser humano.